¿Cómo funciona la lectura a distancia de un contador inteligente?

Sostenibilidad y digitalización. Son dos conceptos que ahora impregnan todos los aspectos de nuestras vidas, desde los sistemas más pequeños a los más grandes, desde los usuarios finales a las empresas fabricantes. Las necesidades sociales y medioambientales de los últimos años empujan a tomar medidas en esta dirección, y los servicios públicos no son una excepción. En Italia, a partir de 1998, el sector eléctrico fue el primero en experimentar la revolución de la medición inteligente y el primer despliegue con contadores inteligentes de primera generación. En 2008, en Italia, fue el turno del sector del gas y, a partir de 2021, incluso las compañías de agua han impulsado proyectos de medición inteligente. Sin embargo, no siempre está claro para todos qué es la medición inteligente y, en concreto, cómo funciona un contador inteligente y su lectura a distancia. 

¿Qué es un contador inteligente?

Un contador, en general, es cualquier instrumento que tiene la capacidad de medir la cantidad de una sustancia. Un termómetro, por ejemplo, mide la expansión del volumen de mercurio, a partir de la cual se determina la temperatura. En los servicios públicos, por tanto, un medidor mide la cantidad de gas, agua o electricidad suministrada y consumida por un usuario final. Un contador inteligente, en cambio, además de tener la primera característica básica de capacidad de medición, dispone de un módulo de comunicación que permite a las empresas de servicios públicos interactuar con él bidireccionalmente y a distancia. Esto diferencia sustancialmente un contador tradicional de uno inteligente y permite múltiples operaciones que no son posibles con los primeros, habilitando funciones digitales y sostenibles que antes eran inaccesibles. El módulo de comunicación que permite al contador comunicarse puede ser externo (como un complemento, plug-in, etc.) y permite convertir un dispositivo tradicional en inteligente. Otra posibilidad es que los contadores ya tengan el módulo de comunicación en su interior, integrado de forma nativa durante la construcción. En este caso, hablamos de contadores inteligentes puros.

Un dispositivo inteligente ofrece la enorme ventaja de recuperar la información de las mediciones con mayor rapidez y frecuencia, con un detalle de información cada vez mayor (hasta cada cuarto de hora). Esta información se transfiere a un centro de recogida de datos, denominado Head-End System (HES).

¿Cómo funciona la comunicación entre los contadores inteligentes y el HES?

La comunicación entre los contadores inteligentes y el Head-End System puede realizarse de diferentes formas, como también hemos explicado en detalle aquí. La comunicación directa, también conocida como síncrona, consiste en un puente directo entre el contador y el HES, sin dispositivos intermedios; la comunicación indirecta, o asíncrona, en cambio, incluye todos los casos en los que el contador y el HES se comunican a través de un tercer dispositivo, el concentrador.

En el caso de la comunicación directa, si consideramos los contadores inteligentes alimentados por batería, como los contadores de gas o agua, suele iniciarla el contador: el contador inteligente, de hecho, siguiendo un esquema de configuración establecido por el distribuidor que lo gestiona, se activa y realiza una llamada, enviando al HES un paquete de datos previamente preparado, que contiene lecturas, informes o datos de diagnóstico. El Head-End System, por su parte, en caso de carecer de la información necesaria, puede solicitarla al contador inteligente dentro de una determinada ventana temporal, que varía en función de la información solicitada o de la tecnología en la que se base el contador inteligente.

En el caso de la comunicación indirecta, el contador inteligente se comunica con el HES a través de un dispositivo intermedio (concentrador o gateway): el contador se activa y llama, enviando la información empaquetada al concentrador, que a su vez, empaqueta la información que llega de varios contadores y la envía al HES. El Head-End System, por tanto, entiende que la comunicación procede del concentrador y, en consecuencia, de muchos contadores. El siguiente proceso, entonces, es desempaquetar y dividir la comunicación por contador individual. La comunicación con el contador inteligente, sin embargo, también es posible en la otra dirección. Concentrador y HES pueden comunicarse con una frecuencia fija (hasta un intervalo de una hora), según parámetros que siempre puede establecer el Distribuidor. En este caso, si el HES necesita solicitar más información necesaria no recibida, envía las peticiones al concentrador, que a su vez almacena la petición y la guarda. En el momento en que el contador se despierta y envía una nueva comunicación al concentrador, éste se da cuenta de que el contador inteligente está activo y envía la petición pendiente en memoria (como un comando). El contador permanecerá activo durante el tiempo que tarde en recibir información del concentrador (tiempo de time-out). 

El Network Manager

En el caso de la comunicación asíncrona, la presencia de concentradores presupone también el uso de un Network Manager. En efecto, los concentradores escuchan todos los mensajes enviados por los contadores en el éter, y necesitan una gestión ordenada para que varios concentradores no comuniquen datos del mismo contador. Por tanto, para definir una red bien organizada, es esencial utilizar el gestor de red, que dirige la información procedente del contador al HES, interactuando con los concentradores e indicándoles qué contadores deben recoger (enrolamiento). De esta forma, cada contador sólo será escuchado una vez por un único concentrador, evitando que se repliquen los datos. 

La Facturación

Una vez que los datos de medición y diagnóstico han llegado al Head-End System, se desempaquetan, se interpretan y se envían al Meter Data Management (MDM). El MDM recoge toda la información, la organiza y le aplica una lógica para que pueda ser utilizada por quienes tienen que gestionar los contadores y la lectura de contadores. Por ejemplo, reúne los datos de diagnóstico con los de medición para saber si son válidos o si no son fiables como consecuencia de errores, quizá porque el contador inteligente no funciona correctamente, realizando, de hecho, un proceso inicial de validación de datos. Posteriormente, basándose en las normas de facturación reglamentarias y aplicando un algoritmo configurado según las necesidades del distribuidor, las lecturas se entregan a un software de gestión. El software de gestión examina todos los datos recibidos y verifica su verosimilitud. Por "verosimilitud", entendemos la coherencia de los datos recibidos con el consumo previsto en el usuario específico. De hecho, la diferencia entre el MDM y las comprobaciones de gestión es que la gestión examina los datos de un contador y verifica que ese consumo es coherente con el consumo previsto para esa utilidad. Si los datos son coherentes, se procesarán y enviarán al proceso de facturación. En caso contrario, deberán estimarse: el sistema de gestión tendrá en cuenta el historial de consumo de esa empresa para ese periodo y hará una estimación de cuánto se ha consumido, descartando la lectura inverosímil. Las lecturas reales o estimadas, independientemente de su verosimilitud, también deben enviarse a la autoridad competente.